Por Alejandra Rivas.
Hola a todas y todos quienes leen esta confidencia.
Soy Alejandra Rivas, madre de 2 niños, Diseñadora de Vestuario y docente de DuocUC. Para ser honesta, la maternidad nunca fue el sueño de mi vida. Todo lo contrario, siempre me arranqué de ella. Mis mayores anhelos siempre fueron tener una carrera exitosa laboralmente, viajar y disfrutar la vida.
Sin embargo, la vida me sorprendió un día anunciándome que sufría de menopausia precoz y que si quería ser madre debía serlo pronto. Por lo que mi pololeo de 17 años (si, leyeron bien), se transformó en 2 semanas en matrimonio y a los 3 meses estaba embarazada!. Como verán, mucho tiempo para digerir la nueva vida que se avecinaba no hubo, así es que con el tiempo fui entendiendo en lo que me estaba metiendo. Poco a poco he ido asimilando todas las etapas de esta locura llamada maternidad, y convengamos en que por más que uno lea y se prepare, la maternidad siempre nos sorprende.
Mis embarazos fueron un mero trámite, sin complicaciones y nunca fueron impedimento para hacer mis cosas. Trabajé siempre hasta el último porque amo mi trabajo y soy feliz haciéndolo. Es en este último punto en el que me quiero detener, en la mujer trabajadora, en la profesional que se logra sentir capaz, desarrollada, independiente y feliz, pero que al mismo tiempo es madre. Esa mujer a la que llamaron por teléfono antes de terminar su post natal para saber si de verdad pensaba volver a trabajar… ¿De verdad la gente cree que tener un hijo es sinónimo de dejar su título profesional guardado en un cajón? Claramente me gustaría ser muy adinerada para no tener que trabajar y hacer lo que me gusta por hobby. Pero además de lo monetario, soy feliz ejerciendo mi profesión y aunque es raro escucharlo, yo disfruto en mi trabajo y no me podría postergar encerrada en las 4 paredes de mi casa, porque no soy mujer de casa. Durante mis 2 licencias de post natal me he sentido agobiada, encerrada y hasta depresiva con la constante sensación de estar atada de manos. Soy del tipo de mujer que necesita salir, desarrollarse y hablar con adultos (no sólo con niños durante el día). Lo más terrible de todo esto, es el cuestionamiento social por “dejar” a 2 niños y salir a trabajar, ese pseudo abandono que te restriegan en la cara.
Pero si tuviese que poner en una balanza el quedarme infeliz en casa con los niños o desarrollarme profesionalmente, elegiría mil veces la última. Por auto cuidado y porque una madre infeliz no es lo mejor para sus hijos.
Si quieres seguir mas historias de esta mamá profesional, puedes hacerlo en @mama_ejecutiva.
Un abrazo apretado a todos