Por Gabriela Cortés Miranda.
Hace 2 años y 5 meses, a las 12:12am llegó a mis brazos Mateo Valentín con cabecita de alien, bien gordito pero sin respirar, creo que fue uno de los momentos mas críticos de mi vida en donde mis emociones las dejé a un lado y solo pensé en que mi bebe pudiera seguir viviendo, todo el sueño del parto respetuoso, con apego que había soñado se iba drásticamente, fueron 8 horas lejos de él, pero luego de eso no lo solté más!!!
Llegó a mi pieza en la mañana, ya vestido con la ropita que había elegido para él, nosotros con Rodrigo esperándolo y ahí comenzamos nuestra etapa de amor y leche materna que continúa hasta hoy, entre peñizcos, llantos, y mordeduras hemos logrado tener una lactancia existosa, Todas podemos!! Solo hay que informarse y también informarse más!!
La llegada a nuestra casa y los meses posteriores son super solitarios sobre todo si nacen en invierno, pero a mi me salvó el Yoga, estoy tan agradecida de poder tener esta herramienta. Al comienzo fueron masajes, luego posturas de yoga de bebés, luego yoga con él en la mochila, yoga de animales, saludos al sol, hasta ahora que practicamos yoga infantil. Doy infinitas gracias por esta disciplina milenaria que incluye a tod@s sin excepción, porque respeta las diferencias particulares e invita desde el amor y a consciencia a vivir una vida más conectada con uno mismo, sus familias, medio ambiente y hasta con el universo mismo, creador de todas las realidades. Les invito a acercarse a esta disciplina, pueden encontrar un salvavidas grande para los momentos de soledad.
Quiero agradecer a Sindy el espacio que otrorga y felicitarla por su labor social.
Muchas gracias a tod@s también por leerme.
Un abrazo y Feliz Navidad.