Por Andra Acevedo Torres.
Hola tribu! Me presento soy Andrea. Educadora y mamá múltiple.
Un día me presentaron a Sindy y conversamos cómo si nos conociéramos hace mucho. Me invitó a ser parte de «Mamá Confidente» y desde allí que estoy feliz por esta hermosa oportunidad de poder compartir y participar con otras madres de este proceso que nos regala la vida.
Un poco de historia…Hace algún tiempo comenzamos con la planeación de ser padres. Estábamos felices y esperanzados de que ocurriera. Empecé a visitar al ginecólogo para comenzar a prepararme. Pero se presentaron complicaciones y no había manera de embarazarme. Me diagnosticaron infertilidad. Me quería morir. Sentía rabia, pena y se me pasaba por la cabeza cómo tanta injusticia si yo tenía todo el deseo de ser madre y otras dejaban sus bebés sufrir. Cosa que veía en carne propia porque justamente en ese momento estaba haciendo práctica en hogares. En fin, después de un tiempo. De esas visitas al doctor me sometí a un tratamiento dónde luego vinieron las terapias de estimulación para comenzar el ciclo. Esperanzados de una fertilización. Viví muchas emociones ese tiempo. Vi cómo parejas donde él o ella tenía problemas. Muchas veces pensé en que mejor era salir corriendo y dejar todo. Me sentía poca cosa, insignificante. Comenzó la tristeza, estrés, pena, rabia, y culpas. Luego comenzamos el ciclo. Debía esperar algunas semanas. Hasta que me citaron para ver los resultados. Y fue allí donde me dieron esa noticia que tanto esperábamos. Me volví loca de amor, quería gritar, correr, saltar. No lo creía, de hecho, llamé a mi esposo y gritábamos juntos de emoción por el teléfono. Estábamos embarazados fue un proceso hermoso. Lleno de amor, cuidados y mimos.
Nació mi hijo hermoso, grande y fuerte. Ya había pasado dos años y medio de chochera máxima, pero nos dábamos cuenta que nuestro bebé estaba creciendo rápidamente y fue cuando pensamos ver la posibilidad de otro hijo. Pero otra vez no pasaba de manera natural. ¡Que atroz!!! Otra vez el estrés. Pero me calmé y con mi esposo nos replanteamos la situación y decidimos no más hijos.
Nos fuimos de viaje comenzamos a tener tiempo para nosotros de nuevo. Para mis manualidades y tiempo de goce de los tres. Nuestro niño ya iba al jardín y comenzó la normalidad de dormir. Hasta que durante el verano del año pasado me sentía extraña. Cansada con náuseas, mareos, No lo entendía. Nunca me había sentido tan mal. Y me hice un test por si algo me decía. Y me salió positivo. Pensé » no, esto está malo» jajajaja. Y me compré otros. Le conté a mi esposo fuimos al doctor y nos dio una gran noticia…eran dos. Si… sí dos!!! No lo podía creer hasta se enojó el doc conmigo y me respondió: «no ve señora que son dos sacos dentro del útero, apuntado a la pantalla del ecógrafo. Y le dije muerta de miedo que él le diera la noticia a mi esposo.
Después de eso salimos pálidos, nerviosos y en estado de shock total. Ya ha pasado el tiempo mis bebés de ocho meses ya. Mis mellizos… realmente inesperado para mí, ha sido toda una aventura. Soy madre, una múltiple. Esas que se convierten en pulpo, multifuncional, genias, creativas en donde aflora el ser educadora a mil por minuto. Donde bañarse o dormir es un verdadero lujo. Dónde hay días y días. Dónde un día eres madre chocha pero también tienes ganas de tomar tu bolso y partir al relajo. En mi caso no puedo porque solo somos mi esposo y yo. He tenido pena y rabia porque siento que se me hace difícil. He dejado todo por mis hijos en cuanto a lo laboral, es cierto todos queremos ser exitosos y tener buenos ingresos y darnos gustos. Pues esta vez lo tengo en espera y me propuse disfrutar de lo que siempre quise. Estoy feliz, tengo el trabajo más hermoso del mundo. El criar y dar amor. El aprendizaje es mutuo con esos locos bajitos que ponen de cabeza el mundo. Mi casa es un caos. Un día ordenado y al otro parece mudanza. Pero a pesar que es caótico lo disfrutamos. Y gozamos de las cosas simples.
Trato día a día de hacer lo mejor como mamá. Con ensayos y errores pero estoy disfrutando de mi familia esa que siempre quise y que más que criarles y enseñarles, son ellos dónde me enseñan lo hermoso que es éste trabajo el 24/7 que no es remunerado. Que a veces es criticado. Que no tiene horario fijo, que de flexibilidad ni hablar. Pero a pesar de ello nada compara el tener una experiencia tan hermosa, única e inolvidable cómo el ser una loba protectora y que lucha contra viento y marea por sus cachorros incluso con sus propios miedos, y frustraciones. Todo es aprendizaje y herramientas para fortalecer y hacer de ellos personitas felices porque es a eso que han venido. Si hay un regalo hermoso de esos que te da la vida. Son ellos…mis principitos. Mis saludos queridos amigos, sobre todos a los que están en proceso para ser padres. No pierdan la esperanza. Hay una estrella que bajará a encontrarse con cada uno de nosotros y nos trae esa alegría que tanto esperamos.
Un abrazo