Por Patricio Caamaño.
El tener la oportunidad de adoptar el rol de «papá» o «mamá», es una experiencia total y absolutamente personal, ya que todo dependerá de la edad en la que lo experimentas, si trabajas o no, si estás o no con quien fuiste padre, si sientes miedo…miedo a hacer lo correcto, miedo cuando te das cuenta que eso tan pequeñito depende absolutamente de ti, donde pasarás varias horas intentando adivinar si le duele algo, si tiene hambre o simplemente es sueño, ¿dónde aprendes eso? !en ninguna otra parte que no sea en la intimidad del uno a uno…donde el lenguaje es algo mágico, sellado en el amor!.
El rol de padre y madre, claramente es diferente, donde quisiera compartir con ustedes el que me ha tocado desarrollar a mí con mi Enano, quien cumplió 15 años hace pocas horas!!!, pero a esto, debo agregar que ha llegado a mi vida un pequeño personaje que es una hermosa Josefita, ¿la experiencia, será igual?.
Con Vicente me tocó no compartir la relación «ideal» de pareja con su mamá, con quien en un principio, si hubiéramos podido sacarnos los ojos, de seguro lo hubiéramos tratado de hacer!!!, donde el clásico problema de cumplir con lo que un exige al otro, dejando de lado nuestros propios errores y centrándonos en lo que no hace el otro, claramente es una práctica que nos acompañó un largo rato, pero un buen día, la orientación fue certera en dejar de lado el egoísmo del rol y aprender a valorar el aporte de cada uno en el desarrollo de quien nació alguna vez en un acto de amor. Además se debe entendier que la relación actual no se trata de dos «ex», sino de un padre y una madre, donde el complemento del mejor esfuerzo de cada uno, sin duda alguna, generará en el niño o niña, valorar día a día una sana relación.
Vicente se transformó en mi partner en lo que hasta el día de hoy he podido conocer…fue mi partner en fiestas con amigos, compañero con los Scout y practicar deporte…disfrutar la música y hasta eventos, teniendo la oportunidad de vivir experiencias “sólo él y yo”, donde lo que he querido buscar entregar, es lo único que tengo para dar, mi tiempo con amor…
¿Ahora?, aparece una pequeña de actualmente 7 meses, con quien vuelvo a aprender a ser papá, quizás la teoría diría que es lo mismo, pero no lo es….ya que esta nueva bendición la he podido vivir con quien es mi compañera de vida, mi hermosa Mane, con quien he podido disfrutar el despertar de una sonrisa de una pequeñita que me hace no querer irme a trabajar, con quien experimento el mudar, bañar, hacer su comida, etc…infinidad de cosas que se complementan con el sello final, que es la generosidad de parte de mi esposa en hacer parte de nuestra manada a Vicente. Aquí no falta el amor…
Lo que quisiera aportar con estas líneas, es que si no compartes la relación con la madre o padre de tu hijo o hija, debes dejar las diferencias de lado con tu ex y darle la bienvenida a la madre o padre de quien alguna vez nació de un acto de amor…¿cuesta???, por supuesto que sí, pero cuando se aprende a dar prioridad a quien lo merece, el resto se da solo.
Por último, darse la oportunidad de vivir con cada hijo una experiencia nueva, cargada de un nuevo aprendizaje que sea construido en la intimidad entre el padre y el hijo, donde al final del día se pueda valorar algo simple, pero fundamental en la vida…compartir vivencias con lo único que realmente se hereda y no se perderá nunca, que es el tiempo de calidad…se valorará cuando ese momento mágico sea uno a uno…para que tu vida y esencia perdure en el alma del otro…ahí el ciclo se cierra y la típica frase «ahora entiendo mi Viejo», va a ser una hermosa constante, que hará sonreír al final del día y te vinculará a quien también intentó de aportar en ti, lo mejor de su ser.
Agradezco la oportunidad de compartir algo que es tan escaso en las redes sociales, menos cadenas y más experiencias descritas con realidad y amor, felicitaciones por esta hermosa iniciativa…y a quienes se dan el tiempo de leer cada experiencia que se da la oportunidad de compartir…bendiciones para tod@s!!
Pato