Por Katherine Sáez López
Con mi tercera hija…y como me ha pasado con las dos anteriores…me niego a someternos a todo standard y regla sobre el amamantar, pues mi ser interior me invita a disfrutar de la maternidad y todo lo que esto incluye, especialmente del poco tiempo que puede llegar a ser dentro de la vida de uno. Les confieso que siento que el amamantar es una experiencia única, de entrega total, donde tu hija(o) se conecta tan íntimamente que brotan en cada gota de leche deseos de amor, salud, bienestar, calma, y cada vez que eso sucede, entre 2, 3 ó 4 horas, aprendes y tu bebé se llena de esa experiencia que nutre el cuerpo y el alma, y me invita a continuar mes a mes, a pesar de todo, hasta cuando ella quiera, a pesar de las otras responsabilidades y compromisos, a pesar del tiempo, del lugar, del modo. Por ello antes de amamantar, prepárate, bebe un vaso de agua, inspira y expira, vuelve a la calma aunque todos corran y te demanden. Prepara esa cita única del dar y recibir. Finalmente, Por todo eso y lo que se me haya quedado en el tintero: me niego a obedecer los tiempos de la teta! Me niego a quitársela! Y me niego a que la deje!…