“Mamá separada”

Por Priscilla Arzani Bermúdez

A veces me pregunto si tomamos la mejor de las decisiones. Uno se casa para amar y ser felices «para siempre» pero no siempre es así, tengo un hijo de 2 años 6 meses y estoy separada hace casi 3 años, que locura ¿no?….muchos te miran con pena y otros te miran con admiración, pero la verdad de las cosas es, que lamentablemente es algo común en estos días. Lo importante es saber seguir siendo padres, porque existe un hijo fruto del amor que existió y que es muy amado a pesar de las diferencias. No voy a decir que es fácil hacer la pega sola (bañar, dar comida, desvelarse, jugar, mudar, etc, etc) pero uno por un hijo sacas fuerzas de donde nunca supiste que existían.

Tengo la suerte de que el papá de mi hijo es un buen padre y lo ama con su alma. En un principio compartíamos muchas cosas y hacíamos panoramas en común para que nuestro hijo fuese feliz, pero llegó el momento en que cada uno encontró una nueva pareja y comenzamos a rehacer nuestras vidas, por lo cual ya no era tan fácil que compatibilizáramos en los tiempos, ni menos en salidas en común. Nos llevamos bien y siempre hemos priorizado el bienestar de nuestro cachorro, pero obviamente comenzaron a aparecer diferencias que hacen que te den ganas de mandarlo a la punta del cerro…pero luego respiro y digo: es el padre de mi hijo…imposible!.

El año pasado fue la primera vez que decidimos dividir la navidad y el año nuevo. Por turno a mí me tocó la Navidad, por lo tanto mi pollo se fue la noche de año nuevo con su papá, y debo confesar que creo que es una de las cosas más tristes que me ha pasado, aún sabiendo que estaba bien y feliz con su papá.

A medida que pasa el tiempo, se nos vienen muchos momentos y decisiones difíciles, los niños van creciendo y comienzan a preguntar… mi miedo más grande es que él se sienta diferente , que sienta que sus papás no viven juntos como los demás y que se pregunte el por qué, ya llegará ese día…lo sé, pero día a día trabajamos como padres por su felicidad e intentamos equivocarnos lo menos posible y demostrarle que a pesar de que no estemos juntos como pareja siempre estaremos para él, que lo amamos con locura y que lo acompañaremos en sus alegrías, logros o derrotas, porque somos sus padres. Y lo que me deja tranquila es que los dos coincidimos que Mateo es lo mejor que nos regaló la vida.