Por ALEXIS FERNÁNDEZ SALGADO
Sin duda que cuando a mis 34 años, conozco gente y me preguntan, «y tú ¿tienes hijos»? Yo firmemente y esperando sus caras digo SI!!! 5 HIJOS!!!… se escucha un silencio, luego unas sonrisas y como buen chileno, empiezan las bromas, luego de eso rompo el hielo y digo «si, Dios me regaló 3 hijos biológicos y otros 2 que puso en mi camino”. Bueno, les resumo, soy padre de Sofía que actualmente tiene 12 años, hace 8 años, siendo padre soltero, pasaba 2 días a la semana con Sofía, siempre «solo», hasta que conocí a Nadia, quien ya tenía a Cony de 6 años y a Lucas de 1. Comenzamos nuestra relación sin buscar nada muy en serio, cuento corto hace 4 años nació nuestra hija Josefa y hace 10 meses un gordo hermoso, Luciano…así que formamos la familia, los tuyos, la mía, los nuestros.
Cony y Lukas (hijos de Nadia) tomaron la decisión de llamarme Papá, aunque para Cony a sus 14 años, aún le cuesta la palabra, debo reconocer orgulloso que cada vez que habla de sus papá, habla de mí; Lukas no tiene problemas en hablar de su Papá (yo) y su otro papá (biológico). El desafío es enorme, pero cuando pones AMOR en cada acto, gesto, llamado de atención, la cosa comienza a marchar, pero cada vez la problemática es mayor y tú te vas poniendo a prueba, ellos necesitan la figura paterna todo el tiempo y el saber que su padre biológico no está 100% los hace ser frágiles e inseguros en algunas ocasiones, ante las cuales tú debes estar ahí dándoles fuerzas y comiéndote las ganas de llorar con ellos, no existe Manual ni libro que te diga cómo hacerlo, solo debes buscar muy dentro de ti, gracias a Dios tengo un padre ejemplar, muy sabio y cuando me corresponde apoyar a mis hijos, trato de escuchar sus palabras; pero es difícil que ellos no sientan qué hay diferencias entre los hijos biológicos y ellos, que a los 14 años es casi imposible no cuestionarse muchas cosas, pero con ellos siento una conexión especial porque a ellos los educo, los guío y los ayudo, porque yo quiero hacerlo, en cambio, con los biológicos es mi deber, pero ya llevamos 8 años juntos y con expectativas de que estaremos toda la vida como una sola gran familia…Sofía mi hija mayor, que vive con su mamá, muchas veces se había sentido desplazada, sin entender muy bien todo, pero ¿les comparto una enorme alegría? hace unos días, conversamos largo y tendido y me dijo, «papá, sabes? Entendí algo que antes me tenía preocupada…yo soy tu hija y siempre voy a serlo, Nadia es tu mujer y no hay comparación, yo sé que tú me amas y a ella y sus hijos también, pero entendí que no puedo compararme con ellos, sería absurdo, así que estoy súper tranquila ahora»… después de eso, sientes que tus actos a veces cuestionados han dado sus frutos y que los hijos son personitas muy sabias, finalmente ellos desde su inocencia van dándonos luces que iluminan el caminar de nosotros como Papás.
Los tuyos, la mía, los nuestros…el mejor regalo y enseñanza que Dios me ha dado, por siempre y para siempre.