Por Yoya Ponce
Wow, cuando Sindy me invitó a contar una confidencia me sentí profundamente honrada y luego pensé ¡¿qué digo?!”
Siento que podría contar tanto y a la vez nada, que no se por dónde empezar. Creo que lo que más ha marcado nuestra vida de padres ha sido nuestro cambio de consciencia y estilo de vida, al superar una alergia alimentaria justo en el tiempo que la gastro indicaba.
A nuestro hijo lo diagnosticaron con alergia alimentaria a los 2 meses de nacido y fue bastante lógico ya que mi marido y yo tenemos alergias alimentarias. En ese momento empezamos a aprender de esta condición y tuvimos que, literalmente, aprender a cocinar de nuevo. Como muchas mamás hice la famosa dieta del amor, la que no sólo ayudó a mi hijo sino que también a mi me tuvo libre de cuadros alérgicos. A través de mi hijo me descubrí y descubro, en tantos aspectos incluida la salud.
Esos 2 años de dieta fueron lindos y también difíciles, pero los pude sobrellevar en tribu virtual y familiar. Mi hermana también estaba viviendo lo mismo con su hija, mi sobrina hermosa, y nuestra familia fue un tremendo soporte. En esa época también estaba en chats de alergias y con amigas que vivían lo mismo con sus hijos. Compartíamos los datos de la gastroenteróloga, nos ayudábamos con horas, recetas, tips y hasta pedíamos si podían preguntar algo que habíamos olvidado en control. Fue en esa época que más noté la diferencia que tenemos en el sistema de salud. Mientras en Santiago teníamos varias opciones, en Viña sólo había 1 especialista y en mamás de otras regiones debían viajar a Santiago porque en sus regiones no habían especialistas en este tema.
Simultáneamente a las recetas, tips, conversaciones, estaban las licencias, la Isapre y las visitas mensuales a la Compin. En los 2 años tuve que renovar mi clóset al mismo tiempo que renovábamos el de él, porque mientras él crecía grande y fuerte, yo cada vez estaba más y más flaca, hasta que llegó un punto en el que dudé de seguir limitándome tanto o probar con fórmula. Probamos con fórmula y no nos funcionó, así que decidí continuar con la lactancia hasta que pudiéramos y quisiéramos.
Seguía la dieta y no les voy a mentir, en 2 años de dieta creo que tuvimos que partir de 0 unas 8 veces. Qué frustración más grande!!! Pero, hoy les puedo contar que Miguel come de todo sin problemas. Al inicio yo no creía que lo lograríamos y cuando regreso a esos momentos donde creía que nunca iba a terminar, que nunca iba a poder comer y así me angustiaba, me acuerdo de su gastro cuando me decía: va a pasar. Y pasó. Todo pasa, pero de nosotros depende angustiarnos o disfrutar el camino viviendo un día a la vez.
Nuestra vida cambió 180º, no sólo por la alergia sino por todo. Lo que antes nos hacía sentido nos empezó a hacer ruido, los antiguos horarios, la antigua rutina, la vida que para nosotros era soñada dejó de serlo porque nosotros cambiamos y nos gusta más nuestra nueva versión. La vida además nos ha ido poniendo desafíos y regalos para, precisamente, volver a nuestro centro y a lo que nos hace sentido hacer, ser y vivir.
Con el nacimiento de nuestro hijo nacieron nuestras ganas e ímpetu para atrevernos a vivir y hacer lo que nos hace felices, esa es la mejor enseñanza que le podemos dar y a la vez él nos enseña que hay tiempo para todo y que todo tiene solución.
Todas las veces que tuvimos que volver a foja 0 nos prepararon para lo que hoy también vivimos en medio de esta crisis sanitaria mundial. Digo tuvimos porque con mi marido somos un equipo, donde la alergia nos preparó para no darnos por vencidos, para buscar opciones, pero también para obedecer y seguir instrucciones. Hoy, que enfrentamos una pandemia, donde tenemos más incertidumbres que certezas, no puedo no pensar en la alergia alimentaria. La alergia además de cambiar nuestra alimentación nos hizo reevaluar nuestras prioridades, nos hizo poner el foco en lo verdaderamente importante y también nos hizo volver a nuestro centro. La alergia nos enseñó que podemos comer rico y sano con pocas cosas, que la creatividad es infinita, que mientras menos procesado mejor, que las frutas y verduras son oro, que la cocina es un lugar muy especial de la casa y que siempre, pero siempre, tenemos que agradecer estar juntos.
Saludos comunidad, Yoya