Por Sophia Grossi.
Soy Sophia, mamá de Samuel y Pedro. A mí, como ha todas las madres, la maternidad me cambió la vida, me agarró del pelo y me sangoloteó hasta dejarme bien chascona.
Es que de verdad la primera vez que fui mamá mi vida dio un giro completo. El Sami mi primer hijo, tuvo que quedarse 5 meses en la NEO, y ahí no sólo tuve que aprender a cambiar pañales, sino que paralelamente tuve que aprender un montón de términos médicos y medidas de cuidados intensivos. Aprendí a ser mamá, enfermera y terapeuta de mi hijo todo al mismo tiempo. No voy a quejarme diciendo si fue duro o no, fue nuestra realidad, fue diferente.
Después de 5 años, cuando esperaba mi segundo embarazo, pensé quizás ingenuamente, que todo iba a ser más fácil. Que está segunda maternidad iba a ser pan comido, sin embargo, con la llegada de Pedro y al pasar los días me fui dando cuenta que cada proceso es un mundo. Cada hijo o hija, cada momento en el que te encuentras, cada vínculo, es diferente. Ni más fácil, ni más difícil, sino que único y especial.
Es verdad que ser mamá de un hijo con discapacidad tiene complejidades, hay momentos bastante dolorosos porque nadie quiere tener a un hijo enfermo ni hospitalizado. Pero también hay muchos momentos hermosos, de alegría, de valorar pequeños detalles que en tu día a día pasan inadvertidos. Yo he sido completamente feliz en mis dos procesos de maternidad, y en ambos también he tenido esos días que tocas fondo sintiendo que no puedes más.
En le fondo, me he dado cuenta que sin un hijo con discapacidad la maternidad es igual de difícil, y que con discapacidad la maternidad es también muy alegre.
Mi confidencia va dirigida a todas esas mamás que tienen a un hijo o hija hospitalizada, a quienes no pudieron llevarse a sus casa a su recién nacido, o a quienes tienen un hijo/a con discapacidad. Yo aprendí que hay que disfrutar el presente, valorar los avances que tu hijo va teniendo día a día, porque quedarse lamentando lo qué pasó o pudo haber pasado, no ayuda, y angustiarse por el miedo que representa el futuro paraliza.
Mejor es trabajar en el ahora e invertir las energías en el presente.
Un abrazo a todas y todos.