El viaje de mi maternidad

Por Romina Lorca.
Siempre quise ser mamá, pensaba joven tal vez pero nunca soñé cuántos hijos, cuándo, nunca fui de planificar mi futuro y ahora entiendo por qué. Si me lo hubiesen mostrado a lo mejor hubiese escapado por completo. Porque aunque te digan cómo es realmente el viaje de la maternidad, vivirlo es otra cosa.
Mi pequeña Amanda vino de sorpresa de una relación muy corta, y llegó a cambiarlo todo. En ese entonces trabajaba en mi profesión, cineasta, directora de arte. Dejé todo en pausa y me dediqué a algo que ya sin conocerlo me asombraba y me sobrepasaba, crear una vida, traerla a este mundo y tener que guiarla para que luego se desenvuelva en una sociedad y logre tener empatía, ser una persona que supere las dificultades de la vida, y así, uff tantas cosas que me parecían abrumadoras.
Tuve mucha fortuna de recorrer y seguir recorriendo este viaje con un gran compañero al lado mío. No ha sido fácil, nada que realmente valga la pena creo que lo es, pero el amor que siento y mirar hacia atrás me hace ver lo que mis hijas lograron en mí. Enfrentar muchos miedos, ir a lo más profundo de mí ser, ver el lado más oscuro de mí, de mi pasado, y ser capaz de hacerme cargo de eso, de tomarlo y de transformarlo en una maternidad consciente ha sido lejos lo mejor de mi vida.
La infancia es preciada y si todos fuéramos conscientes de eso, que de ahí se sienta la base para prácticamente toda la vida no sucederían muchas cosas en la vida adulta y no tendríamos graves problemas de salud mental. No se trata de no equivocarse, porque claramente lo hago, y lo hacemos; pero si nos detenemos a pensar y ser conscientes de nuestros actos podemos avanzar desde el amor y evolucionar juntos. Es por eso que desde esos abrumadores pensamientos iniciales que logré vivir y transformar, emprender se transformó en mi lucha, en mi trabajo para estar cerca de mis hijas y romper un poco los patrones que la sociedad me imponía.  Y así mi lucha interna  en el cuidado de la infancia, en pensar en que ellos no piensan ni actúan como adultos, porque no lo son! Y que nosotros ponemos pensamientos e ideas que ellos ni siquiera logran captar se transformó en algo más y de a poco he podido hacer de esto algo más y más visible.
Hoy más que nunca lucha y revolución son palabras que escuchamos y nos resuenan y que ya muchas madres han hecho suyas de forma tan linda y poderosa. Nuestra revolución son nuestros hijos, maternar, acompañarnos y no rendirnos jamás.
Un abrazo